¿Qué es y cómo cuidar tu salud financiera? En esta nota te damos tips sobre cómo adquirir hábitos saludables para mejorar este aspecto de tus finanzas personales.
Ya venimos hablando sobre educación financiera, consejos para ahorrar y otras herramientas para que puedas tener control y libertad sobre tus finanzas. Sin embargo, hay un elemento más que tenemos que tener en cuenta para medir nuestra economía: la salud financiera.
Lamentablemente, no hay un medidor exacto para saber cuán bien está tu salud financiera pero deberías prestarle atención a tus ahorros, deudas, planificación, seguros, crédito, débito y planes de jubilación y/o retiro. Tener todo esto en tu mente te va a permitir tener mayor organización y control sobre tu economía personal, para que puedas tomar decisiones con libertad. La clave está en el equilibrio: se trata de tener el dinero suficiente para cubrir gastos y tener los ahorros necesarios para enfrentar posibles situaciones imprevistas.
Para lograrlo, podés tener en cuenta estos elementos:
Gastar menos de lo que ganás. Esto es clave para que puedas tener control sobre tus ingresos y puedas destinar parte de ellos al ahorro. Para hacerlo, podés apoyarte en las billeteras virtuales, como BKRApp, y mantener el registro de tus ingresos y gastos de forma virtual. Además, podés pedir tu BKR Mastercard para ordenarte mejor.
Tener un nivel de deudas que puedas manejar. Controlá todos los meses tus préstamos, gastos en la tarjeta de crédito y otras deudas que tengas, para que las puedas controlar y estén en un nivel manejable para vos.
Pagar las facturas en tiempo y en su totalidad: para hacer esto podés usar BKRApp para pagar tus servicios o adherir tu BKR Mastercard al débito automático para pagarlos.
Tener ahorros suficientes ante situaciones imprevistas. Como ya hablamos, es clave que armes tu fondo de emergencia para estar preparado ante cualquier eventualidad.
Ahorros para planificar a largo plazo. Para organizar tus ahorros podés usar la regla del 50/20/30. Esta regla se trata de destinar 50% de tus ingresos a los gastos fijos (alquiler, servicios, comida, expensas, entre otros), el 20% a tus ahorros y el 30% a gastos personales (ropa, entretenimiento, ocio). Si de este último porcentaje te sobra a fin de mes, agregalo al 20%.
Planificar los gastos para el futuro: no se trata solo de ahorrar, sino de saber a qué vas a destinar ese dinero. Tener una meta hace que guardar tu plata sea más fácil, ya que podés visualizar un objetivo claro de uso.
Cuidar este aspecto de tu economía es una forma de alcanzar la libertad financiera, es decir, tener los ahorros suficientes para poder afrontar cualquier gasto imprevisto durante un tiempo determinado.
Al igual que la salud física, cuidar tu salud financiera es fundamental para tener una vida tranquila y que te puedas dedicar a lo que te hace más feliz. Cuidarla en el presente no sólo te va a aliviar el estrés sino que también va a sentar bases para que tengas un futuro estable, basado en el conocimiento y en el empoderamiento económico.